miércoles, 1 de octubre de 2008

De leona

El mundo
se empapó de dulzura
y en un arrebato
de vida
cumpliste uno más
y yo
me trasladé
a Buenos Aires

Yo no conocía
Buenos Aires
pero imaginaba
Corrientes
teatral
concurrida
un espectáculo
de adoquines
que dibujaban
tu nombre

Imaginaba
Florida
y en Florida
los manzanos
brotaban
enraizados
a tu boca
al mismo tiempo
algunos canturreban
una canción
que sonaba
en la emisora
revolución

En el cielo
especulaba
el vaho
de tu aliento
en las aceras
los niños jugaban
a hacer formas
y preferían
llamarlo nubes

Un torrente
de dientes de león
sacudía el Obelisco
para llamar mi atención
y para cuando
mantuve
la vista
se dispersaron
cada uno con su baile

Los dientes de león
se agrupaban
y desagrupaban
en caótico orden
desfilaban
por las calles
alguno que otro
se desprendía
de agrupaciones
y sondeaba
el suelo
girando lindamente
sobre sí

Había uno
que a ratos parecía
que iba chocar
con la realidad
o bien
rozaba otro diente
que intentaba
truncar
su rotación
pero
proseguía
mecido por el manso
arroyo
de la ternura

No me creeras
pero un instante
su trayectoria
se impregnó
de mi mano
yo
me recreba
en el incesante
rastrear
de su eje
el diente
por su parte
arrullaba a mis dedos
se sostenía
al compás
de mi diastole
y mi sístole

Sobran las informaciones
solo podía
llamarlo María

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que te firmo? que te pongo? como me pongo al nivel de animales palabras que me agrietan el corazon y me nubla la vista?

mejor miremosnos a los ojos y hagamos silencio

shhh

Luis Cano Ruiz dijo...

Curioso poema, me ha gustado pasarme de nuevo por aquí.

Un saludo.

Anónimo dijo...

y que pasa si firmo para siempre en este?

bue ta bien...firmo en los otros...TAMBIEN...

un abrazo pequeña criatura