Degas
reparte
en un lienzo
la magia
de delgadas
princesas
vestidas
de esponja
Blanco
y rosa
se funden
con cuerpos
y cortinas
se toma el lienzo
como un pastel
y dulce
un mundo rosa
acaso infantil
se mueve
sobre su obra
orbita
sobre nuestros
sentidos
nos empapa
de delicadeza
el tacto
Luego
Kandinsky
se encarga
de volvernos
tarados
profana
el color
y la forma
indigesta
el orden
despierta pálpitos
al aletargado
paso
del pincel
lo vuelve
enérgico
contundente
las décripitas
líneas
que tambaleaban
en el impresionismo
se endurecen
y están
alerta
pues a ratos
el color
las tambalea
las deforma
las agrede
y difumina
En Degas
en cambio
el color
respira en armonía
con las líneas
que se dejan
tocar
a cambio
de que brillen
las minas
Quizás tenga
algo de Degas
y de Kandinsky
o de conjunto
pues
pondría
en guerra
al color
las formas
y el sentido
para resumir
los ojos de alguna
chica
o bien
haría que hicieran
las paces
el color
y las formas
y el sentido
los haría
un lazo
para colgarlos
en su pelo
Tengo un poco
de los dos
y un poco
de terco
ceniciento infante
de la ilusión
viernes, 24 de octubre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Muy lindo escrito con grandes pintores...y como lo fusionaste con la realidad del mundo
un abrazo
Bonito texto.
Un saludo.
Necesariamente tienes que ir a ver las Exposiciones de Mapfre y Thyssen en la Corte.
Saludos.
Publicar un comentario