sábado, 5 de julio de 2008

Me lleva la corriente

Somos pocos, o eso parecemos, los que huímos de las grandes aglomeraciones buscando un respiro en una terraza de un bar para dejar que pasen lentas, jugosas en su lentitud, las horas, y en el caso de que haya muchos como nosotros, terminamos en las concentraciones de esos otros que disfrutan de estar tan cerca de tanta persona.

Y es que fui a la fiesta del orgullo y al rato de empujones, reducir mi cuerpo a un espacio limitado, sudar, comprar agua y volver a sudar para empezar a pensar si podría comprar durante mucho tiempo agua, se me pasaba por la cabeza esa, hoy llamada Gran calle sin un coche, sin nadie, en la que dejaba de ser ella. Pero hoy no, hoy todos coincidían en que era ella misma, en que las antiguas formas recibían a modernas maneras de ver la sexualidad de las personas, y en medio alguien como yo, que no le apetecía otra cosa que sentarse en un parque a hablar de que quizás hay veces, que echamos de menos algo.

Que se yo, unas bravas.

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