miércoles, 16 de julio de 2008

Todo es de todos

Del marxismo se dice que es esa sociedad en que todo es de todos, pero, si bien en cierto modo es verdad, hay una parte de mentira en esa aseveración. Pues precisamente no hay sociedad en que más se defienda el trabajo de cada uno que en la marxista, y para que el trabajo sea de cada uno hay una parte de la producción que ha de ser de todos.

Resulta que un empresario tiene en sus manos el trabajo, las condiciones, la remuneración, la continuidad, lo que aporta cada uno. Y para llegar a tener eso que no es suyo, tiene que entender que no es de nadie, que puede ser de todos. El problema verdadero es que el libre mercado cree que como todo es de todos cualquiera puede apropiarse de algo, ya sea del trabajo de un niño, de la tierra, de la producción de un país. Solo en la medida en que todo sea de todos, podremos conseguir que cada individuo tenga lo que le corresponde.

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